La música de las tragaperras online, generadora de adrenalina

Es sabido que la música tiene aplicaciones que exceden su función estética; es decir, existen composiciones musicales destinadas a fines pragmáticos. Por ejemplo, las canciones que adornan los comerciales de la radio, o las que suenan en los supermercados para crear un clima acogedor y hacer que los clientes consuman más. Sobran casos sobre la relación de la música con sus fines comerciales; aun más, se podría pensar cierto ámbito de la música popular contemporánea como una función del mercado más que como una expresión artística. Por el momento no entraremos en ese complejo tema, sino que analizaremos el vínculo entre la música de las máquinas tragaperras y su audiencia. ¿Cuál es la función de estos sonidos? ¿Se trata, efectivamente, de música? ¿Cuán importante es en el funcionamiento de las tragaperras?

El fenómeno de las tragaperras online

Como parte de la virtualización de las relaciones humanas, los juegos de azar también se mudaron a las plataformas digitales. Hoy en día es muy común el acceso a operadores de juego online, pues esta industria ha ganado espacio en el mercado en la última década y se propone como uno de los sectores económicos con mayor potencial a futuro. Las tragaperras son una de las opciones favoritas de los usuarios, y existe una amplia gama de variedades; se pueden explorar las tragaperras online en mejorcasino.com.es. Hay un componente, empero, que se encuentra en todos los casos: el acompañamiento musical del juego.

La música de las tragaperras

Se trata de una serie de sonidos que generalmente presentan poco o nulo valor artístico, y que ambientan la escena con tonos celebratorios e ingenuos, del tipo jingle. Estas cancioncillas no son una novedad de las tragaperras online, sino que se remontan a los primeros juegos de este tipo; ya en la primera década del siglo XX, las máquinas tenían música.

¿Es esto casual? ¿Se trata de un mero adorno? En absoluto: según un estudio desarrollado por el profesor Michael Dixon de la Universidad de Waterloo, Canadá, la música es parte sustancial del juego. El experimento consistió el análisis de 96 casos de voluntarios que utilizaban diversas máquinas tragaperras. Los juegos preferidos fueron aquellos que contaban con más sonidos y de más alto volumen. Esto no es una coincidencia: la música de las tragaperras está diseñada para que los usuarios recreen sus victorias de modo generoso; es decir, a través de los sonidos festivos, el juego agranda las ganancias para generar un efecto de recompensa en la audiencia. Aun más: el cerebro humano es sumamente influenciable por los canales auditivos; así pues, a través de esta música se crea una sensación de optimismo aun cuando las ganancias sean bajas o nulas.

Un problema que hace ruido

La conclusión del mencionado estudio fue que la música de las tragaperras influye de manera determinante en afecciones como la ludopatía y los desórdenes de conducta en el juego. La música genera una adicción a la experiencia de las tragaperras, experiencia que, en el caso de los juegos online, se vuelve muy accesible, ya que se puede tener en cualquier momento desde un teléfono móvil. Esta serie de sonidos refuerza la ilusión de que existe un auténtico rédito material tras el juego de las tragaperras, o de que la actividad presenta un verdadero ejercicio productivo. Lejos de eso, las horas pasadas en este tipo de juegos mecánicos suele ser considerado como tiempo muerto por los propios jugadores, quienes luego experimentan remordimiento y culpa tanto por sus pérdidas económicas como por la incapacidad de abandonar las tragaperras por su propia voluntad.

Una industria del vicio

La música de estos juegos genera regalías para los autores; en otras palabras, hay músicos profesionales que se dedican a componer estos jingles con fines decididamente comerciales. Sin dudas, si la música estuviera más abocada a su función estética y menos a su rigor productivo-mercantilista, la audiencia ganaría mucho.

No obstante, los juegos de azar online no son el único caso de entretenimientos donde la música cumple una función determinante. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en los videojuegos, cuyos sonidos también están diseñados para atrapar a la audiencia y hacer que pase el mayor tiempo posible sumergida. Un caso aparte dentro de este rubro son los juegos ofrecidos por las redes sociales, que están directamente diseñados para generar adicción en los usuarios; se debe recordar que estas plataformas ganan dinero con el tiempo que las personas pasan en ellas. Así pues, se debe asumir una actitud crítica y analítica frente a la gran oferta de entretenimientos actual, al tiempo que se debe recordar que no todos los soniditos dulces son auténtica música.