Haz esto si te has cansado de las videollamadas esta cuarentena
- Pablo Luna
Locutor / DJ
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La crisis por la COVID-19 y sus respectivas consecuencias, están originando nuevas y diferenciadas situaciones con respecto a nuestra anterior normalidad. Es evidente que son tiempos difíciles para todos y la respectiva adaptación a estos tiempos es uno de los elementos diferenciadores y más importantes para llevarlo de la mejor manera posible. Uno de los desencadenantes al no poder mantener contacto físico ni social es el aumento del uso de las videollamadas con amigos, familiares y relaciones laborales. Según los últimos estudios, para la mayoría de la población este hecho ya resulta algo pesado. En este artículo te vamos a explicar las razones de esta sensación y algunas soluciones.
Utilizar las videollamadas ha sido algo muy habitual en nuestras vidas pero en esta ocasión y debido a las circunstancias que estamos viviendo, se ha convertido en algo indispensable y que usamos a diario. El problema de todo exceso es que acaba cansando. Y todo esto tiene una explicación y se desencadena por los siguientes motivos:
“Al ser humano no le gusta el cambio”, comentan los expertos. “Así que intentan imitar lo que hacían antes: el yoga, las quedadas con los colegas y todos esos rollos, pero por videocámara. Solo que a través de una pantalla no es lo mismo ya que tenemos que esforzarnos más. Al final acabamos tratándonos de diferente manera”.
Esto se debe, en parte, a la fatiga visual. Si trabajamos en la oficina es posible que ahora estemos pasando mucho más tiempo enganchados a una pantalla que antes debido a estas llamadas y reuniones.
Además, nuestro cerebro también está trabajando mucho más duro porque, aunque sí que vemos a nuestros amigos y familiares, no obtenemos una imagen completa de estos. Y ya no hablemos de esos que solo se enfocan la frente. En la mayoría de las videollamadas solo podemos ver las caras de nuestros allegados, pero no el lenguaje corporal.
“Nuestro subconsciente intenta averiguar cómo se siente la otra persona”, dicen los expertos. “La barrera de la pantalla provoca una tremenda desconexión... y eso es agotador”.
Está bien, hasta aquí el problema pero realmente, ¿qué podemos hacer? Lo más fácil sería resolver el problema con un simple “nada” y cancelar todas las videollamadas, pero para muchos son más que necesarias. Nadie quiere cortar socialmente por completo. Todos necesitamos tiempo para nosotros mismos. La clave, es descubrir nuestro propio limite personal mientras vamos comunicándonos en este nuevo mundo. Desde limitar cuánto tiempo vas a pasar en una videollamada hasta decidir a cuántas personas verás a lo largo de la semana. También es importante darse cuenta de que tenemos más opciones: por ejemplo puedes simplemente llamar sin vídeo, algo que puedes realizar mientras haces tu ejercicio casero diario o (si tienes manos libres) durante tu rutina de limpieza.
Para finalizar, decir que estamos asistiendo a un momento de la historia diferente en todos los sentidos. Es una crisis hasta ahora no experimentada y con la que la humanidad va aprendiendo conforme avanza. Es por eso, que la mayoría de situaciones y momentos que se dan con esa experiencia son cuanto menos fáciles de gestionar. Por esta razón tenemos que intentar ser flexibles e integrar los días malos como algo normal en nuestra vida y quitarle su respectiva importancia.
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