El error que puede destrozar tu hamburguesa al cocinarla y que sueles cometer siempre
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La hamburguesa puede que sea el plato más universal del mundo. Seguro que en más de una ocasión te has marchado de viajes a un país cuyas costumbres culinarias son muy diferentes a las del nuestro y has buscado un restaurante de comida rápida para ir a lo seguro y comerte una hamburguesa con patatas y refresco.
Pero, también en casa este plato se ha convertido en un auténtico 'salvavidas' para los días que no te apetece cocinar o no sabes qué hacer. Sobre todo en los pisos de estudiantes y también en aquellos cuyos inquilinos no saben o no les gusta cocinar.
Aunque hayan muchos métodos y modos de hacer una hamburguesa existe un error que solemos cometer siempre, suele ser por las prisas, y que pueden provocar que nuestra hamburguesa no sea disfrutada al máximo. Bueno, en realidad existen dos errores típicos que, aunque nunca te hayas dado cuenta, afectan al resultado final de tu hamburguesa.
Comprarlas ya hechas
Suele ser lo más habitual. Muy cómodo, sí, pero lo más recomendable es que compres la carne picada y montes la hamburguesa en casa. De esta forma no solo te aseguras no ingerir una cantidad de conservantes que a largo plazo pueden ser perjudiciales para tu salud, sino porque estará mucho más fresca, tierna y más tierna. Perfecta para jugar en la cocina y añadir los aderezos y las especies que más te gusten.
De nuevo, muchas veces por ir deprisa, incluimos la loncha de queso directamente fría dentro del pan de la hamburguesa, de la misma forma que incluimos el tomate, la lechuga y la cebolla. Pero este es otro error muy importante, igual que cuando colamos el queso directamente en la sartén para que se derrita con la carne. Por eso, el truco es tapar la hamburguesa con un recipiente a la hora de incluir el queso, así conseguiremos que el queso quede muy bien fundido y le de ese toque a nuestra hamburguesa que muchas veces echamos en falta.
