Escuchar reggaetón o música clásica: ¿Qué estimula más a nuestro cerebro?
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Siempre se ha dicho que la música clásica tiene muchos efectos positivos en las personas. Que su melodía es muy buena para el cerebro. Sin embargo, un nuevo estudio confirma que el reggaeton parece que se ha puesto por delante de la música clásica. Y es que el neurocirujano del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria de Santa Cruz de Tenerife, Jesús Martín-Fernández, ha desarrollado su tesis doctoral sobre este tema recurriendo a sus grandes pasiones: el cerebro y la música.
En concreto, ha analizado cómo diferentes estilos musicales hacen reaccionar a nuestro cerebro. Y para ello ha reproducido temas de música clásica, folch, electrónica y reggaeton a 28 personas que no tenían ninguna formación musical. Además, era necesario que ese grupo tuviera gustos musicales variados.
Para continuar el estudio se les hizo a las 28 personas una resonancia magnética al mismo tiempo que se les ponía música sin letra. De esa manera, ha sido posible analizar de una forma más pura cómo procesaban la música. Gracias a esta resonancia, los investigadores pudieron comprobar anatómicamente qué áreas del cerebro cogían oxígeno y qué ocurría cuando se activaban.
El triunfo del reggaeton
Lo esperado es que la música clásica fuese la que más actividad cerebral provocara. Sin embargo, no ha sido así. El reggaeton se ha antepuesto esta vez consiguiendo que reaccionaran más zonas del cerebro. Tanto las auditivas como las que procesan el sonido, las motoras y las de movimiento. Es lo que tienen temazos como los de Daddy Yankee.
Algunos de los temazos que se utilizaron para este estudio fueron Shaky de Daddy Yankee y Ginza de J Balvin. Para analizar el efecto de la música electrónica se reprodujeron Passion de Alberto Feria y L'amour toujours de Dzeko.
Pero ¿qué es lo que ha ocurrido para que el género clásico activara menos zonas cerebrales? Se cree que es porque es una música algo más complicada y menos predecible. En cuanto a la música electrónica, también causó un gran efecto pero no tan significativo como el del reggaeton.
Lo que está claro es que este nuevo estudio científico ha sido todo un descubrimiento inesperado. Una conclusión que ha incentivado a estos investigadores a continuar analizando los efectos de la música en nuestros cerebros. Y es que al fin y al cabo, los temazos no dejan de movernos.
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